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Galicia en las rutas del dinero y las transformaciones del siglo XVIII

 

Francisco Cebreiro Ares, GIHM, Universidade de Santiago de Compostela

 

El Padre Sarmiento pensaba que la entrada de “pesetas” en Galicia sería su ruina, pues “jamás podrá ser infeliz por falta de pesetas, sino por falta de los frutos de la tierra” (Dopico, 1989: 112). Aunque es cierto que la plata no se come, es posible que los gallegos de la época pensasen otra cosa.

La imagen tradicional de la Galicia de la época moderna es la de una abrumadora mayoría campesina caracterizada por unos usos agrarios donde la principal innovación se dio con la entrada de nuevos cultivos (maíz y patata). La fertilidad y bonanza agrícola del territorio funcionaba como una trampa maltusiana que hacía disminuir por la vía demográfica el excedente productivo disponible para la comercialización. Como resultado, Galicia era el reino más densamente poblado de la Corona de Castilla, pero su estructura económica apenas si había conocido cambios (García-Lombardero, 1977: 75-77).

Las elites sociales –compuestas en su mayor parte por eclesiásticos y miembros de la pequeña nobleza (fidalguía)– se conectaba con este mundo rural a través del lazo, más bien soga, de la renta. A su vez, destinaba a la caridad y al lujo el producto de la comercialización de esa renta, manteniendo así una estructura económica resistente al cambio (Saavedra Fernández, 1994). La ausencia de una burguesía dinámica –o visto desde otro ángulo, la debilidad de las ciudades gallegas– era el mecanismo que explicaba la ausencia de innovaciones económicas, en general, y financieras, en particular. Se creaba entonces –y se recrea en cierta literatura histórica– un estado de cosas donde el dinero y los mecanismos financieros fueron prácticamente inexistentes en Galicia hasta bien entrado el siglo XIX.

Sin embargo, y de manera paralela a la existencia de un cierto mercado del crédito, vehiculado bajo la forma de obligaciones (es decir, préstamos simples, con o sin garantía hipotecaria) y de censos (o sea, los antecesores del préstamo hipotecario actual, que se situaban sobre una propiedad raíz, generalmente tierras o un inmueble a un interés no superior al 3%), se dieron también a lo largo del siglo XVIII una serie de cambios que activarían –levemente– la transformación monetaria en Galicia.

En primer lugar, la Monarquía comenzó a escoger por motivos geoestratégicos, principalmente debido a la guerra con Inglaterra, el noroeste peninsular para que tuviesen lugar las descargas de las flotas que volvían de América. Durante la fase de apogeo de este proceso (1743-1749), más de la mitad del total de las descargas realizadas por esas flotas en la península se hicieron en Galicia. Esto permitió que en la ciudad de A Coruña se fuesen poniendo los mimbres para que tuviese lugar la intermediación financiera con Cádiz y Europa, a disgusto de los acreedores obviamente, que ahora tenían que pagar más intermediarios (Cebreiro Ares, 2020).

En segundo lugar, y quizás con alguna relación con lo anterior, la Monarquía creó los Reales Astilleros en Ferrol (1750) y la sede de los Correos Marítimos en A Coruña (1764), lo que tuvo un doble efecto. Por un lado, se incrementó sustancialmente la inversión de la corona en el territorio gallego, y por otro, los correos marítimos reeditaron de forma estable, si bien reducida, la conexión con la plata latinoamericana, al permitir los retornos de remesas en sus buques (Alonso Álvarez, 1986).

 

Totales anuales de las arribadas monetarias a Galicia comparados con los globales de las arribadas peninsulares y aproximación proporcional del total (en pesos) entre 1743-1749

                   arribadas a Galicia             arribadas total peninsular                                 % Galicia del total
                     serie DeLastre             García Baquero          Morineau              García Baquero         Morineau

1743                1.337.500                    8.214.500                8.246.029                      16,28                  16,22
1744                   225.290                    1.924.024                1.477.535                      11,71                  15,25
1745                8.988.718                  12.000.000              11.549.642                       74,91                 77,83
1746                7.047.719                     6.990.791               8.656.139                       >100                  81,42
1747                7.820.886                     8.212.981               6.790.298                      95,23                  >100
1748                   239.772                     4.816.732               5.444.918                        4,98                     4,4
1749               22.103.651                  34.887.801              36.072.364                     63,36                 61,28
total                47.763.536                  77.046.829              78.236.925                      61,99                61,04

 

Si estos cambios se habían fraguado en la primera mitad del siglo, la guerra con Inglaterra de 1779 volverá a poner de nuevo a Galicia en el mapa de la estrategia naval y favorecerá una serie de transformaciones del dinero que afectaron, en mayor o menor medida, a todo el territorio del Imperio español. Estas transformaciones fueron principalmente de dos tipos.

En primer lugar, se aceleró la adopción de mecanismos sustitutivos del dinero –como las letras de cambio– así como la formación y participación en compañías por acciones y aseguradoras. Con ello, la letra de cambio amplió su uso. Lo vemos hacia finales de siglo en una ciudad levítica, carente de puerto y poco vinculada al comercio internacional como Santiago de Compostela, la cual se encuentra perfectamente conectada ahora no solo con el resto de Europa, sino también con puntos del virreinato de la Nueva España.

En segundo lugar, y debido al transcurso y desenlace de la guerra con Inglaterra, las cantidades de numerario que eran detraídas de la circulación para el gasto bélico, difícilmente retornaban a la masa disponible, con lo que terminó disminuyendo el crédito, y con ello las futuras posibilidades de transformación industrial.

La pieza que vendría a coronar esta transformación monetaria de Galicia en el siglo XVIII fue la fundación de una oficina del Banco de San Carlos en la ciudad de A Coruña, resultado mismo de este proceso y de las oportunidades que había abierto la habilitación de este puerto al comercio colonial (Cebreiro Ares, 2020).

El Banco de San Carlos, uno de los antecedentes inmediatos de la banca estatal en España, fue creado por Carlos III en 1782 junto a un grupo hispano-francés de banqueros (Tedde de Lorca, 1988). Por su parte, A Coruña no solo ofrecía la posibilidad de acceder a las remesas de oro y plata que llegaban a la ciudad gracias a la actividad de las compañías mercantiles involucradas en el comercio con América, sino que contribuyó a la creación de un mercado de capitales por acciones prácticamente inexistente hasta la fecha en el territorio gallego. Más aún, abrió de manera pública e ininterrumpida la posibilidad de realizar transferencias de capitales baratas y ágiles por medio de letras de cambio, principalmente hacia Madrid, pero también hacia muchas otras capitales europeas como París, Londres o Ámsterdam. El análisis de este flujo apunta a que el volumen de negocio financiero de A Coruña era superior a su volumen mercantil, aunque esto tendremos que investigarlo en  estudios futuros.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Alonso Álvarez, Luis, Comercio colonial y crisis del antiguo régimen en Galicia (1778-1818), A Coruña, 1986.
Cebreiro Ares, Francisco, El Banco de San Carlos en Galicia (1783-1808). Periferia financiera, plata hispánica y final del Antiguo Régimen monetario, París, Éditions Hispaniques, 2020.
Dopico, Fausto, Ilustracion e pensamento economico en Galicia, Vigo, Galaxia, 1989.
García Lombardero, Jaime, Agricultura y estacamiento económico de Galicia en la España del Antiguo Régimen, Madrid, Siglo XXI, 1977.
Saavedra Fernández, Pegerto, La vida cotidiana en la Galicia del Antiguo Régimen, Barcelona, Crítica, 1994.
Tedde de Lorca, Pedro, El Banco de San Carlos (1782-1829), Madrid, Alianza Editorial, 1988.