Universidad de Santiago de Compostela
 
 

Con más de quinientos años de existencia, la Universidad de Santiago de Compostela es una institución con vocación de futuro y capacidad de proyección más allá de sus fronteras naturales, siempre atenta a las necesidades de la sociedad en la que constituye un referente académico y en la que desarrolla su labor docente e investigadora.

El primer germen de la Universidad de Santiago está vinculado a la acción personal de un notario compostelano llamado Lope Gómez de Marzoa, que crea en 1495, con el apoyo del abad de San Martín Pinario, una escuela para pobres conocida como Estudio de Gramática, instalada en unas dependencias del monasterio de San Paio de Antealtares. En el año 1504, accede a esta institución educativa la familia Diego de Muros. Este religioso consigue que el Papa Julio II conceda una bula que permite la realización de estudios superiores en el Estudio Viejo o de Gramática.
El período en el que la Universidad consigue su desarrollo definitivo viene definido por la figura de Alonso III de Fonseca, que fue nombrado arzobispo de Santiago en 1507 heredando el título de su padre Fonseca II. Alonso de Fonseca está considerado como una persona extremadamente culta, un hombre del Renacimiento, mecenas de numerosos artistas y sabios del momento, que con frecuencia había mantenido contacto con pensadores como Erasmo de Rótterdam.
De esta época data la compra para la Universidad del antiguo Hospital de Peregrinos con el fin de transformarlo en el colegio universitario. Se construye el de Santiago Alfeo, hoy denominado Colegio de Fonseca, epicentro de la vida universitaria hasta la segunda mitad del siglo XVIII. A finales del siglo XVI y principios del XVII se crean el colegio de San Patricio o de los Irlandeses y el de San Clemente, y a mediados de siglo se traslada el de San Xerome a su actual localización.


El siglo XVIII trae consigo una transformación profunda en la Universidad de Santiago de Compostela, completándose así el proceso de secularización de la institución al alejarse del control eclesiástico. Fue en aquel momento cuando Carlos III concede la condición de regia a la USC, añadiendo a su distintivo la corona real que, sobre las armas de Castilla, León y Galicia, y junto a los emblemas heráldicos de sus fundadores más destacados, se integra en el escudo.
Tras la expulsión de los jesuitas, ordenada por Carlos III, éste le concede a la Universidad los terrenos y edificios que esta orden religiosa poseía en Santiago, pasando a constituir el centro de la nueva universidad ilustrada. De inmediato se realiza un nuevo plan de estudios que recupera disciplinas cedidas a ciertas congregaciones religiosas, crea grados académicos e introduce nuevas enseñanzas prácticas y científicas, como Física Experimental o Química.


La llegada del siglo XX trae a la Universidad de Santiago una nueva generación de intelectuales, futuros protagonistas de buena parte del resurgir cultural de Galicia en aquella época. Paralelamente, las distintas corrientes de pensamiento en los diferentes campos científicos encuentran en la USC acogida e impulso, lo que propicia el acercamiento a la USC de figuras clave en los distintos ámbitos de la ciencia. En este período, la USC experimenta un significativo aumento de su número de alumnos así como de las carreras ofertadas, con la consiguiente dotación de infraestructuras. De este modo, se finaliza la ampliación del edificio de la Universidad, la actual Facultad de Geografía e Historia, construyéndose además el Colegio de Veterinaria (actual Parlamento de Galicia), el Colegio de Sordomudos (sede de la Xunta de Galicia) y la Facultad de Medicina. Otro gran proyecto fue la Residencia Universitaria, realizada en la década de 1930. En definitiva, se trata de un período de expansión en el que mejoran los equipamientos y se regionalizan los estudios, buscando una mejor adaptación a la realidad gallega.


Otra característica que trajo consigo el siglo XX fue el inicio de las relaciones con instituciones de enseñanza universitaria extranjeras, en un primer momento fundamentalmente portuguesas, así como el acceso de la mujer a las aulas (curso 1913-1914). Además se incrementa de forma notable el volumen de libros de la institución, con nuevas y destacadas donaciones, como la de la Biblioteca América.
En esta progresión, el estallido de la guerra civil supuso un retroceso en la progresión de la universidad compostelana. Los intelectuales y estudiantes de la universidad tuvieron mucha importancia en la oposición antifranquista.

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En las últimas décadas, ya segregadas las universidades de A Coruña y Vigo, la USC continuó su crecimiento hasta contar a finales de los años 90 con más de 45.000 estudiantes. En la actualidad, entre sus dos campus de Santiago y Lugo, los universitarios disponen de cerca de treinta centros, cerca de ochenta departamentos y más de sesenta titulaciones, además de numerosas instalaciones como los institutos de investigación, residencias universitarias, instalaciones deportivas o culturales, bibliotecas, etc. En fin, después de más de cinco siglos, la Universidad de Santiago de Compostela sigue mirando con decisión al futuro, respetando su pasado, pero promoviendo cada día nuevas iniciativas, poniendo el conocimiento y su liderazgo al servicio de la sociedad a la que se debe.


 

Fonseca College

 

 

 

South university campus

 

 

 

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