Avelino Núñez: «Si protegemos el suelo y el agua, protegemos nuestra salud»
Si el suelo enfermara de verdad, la factura la pagaríamos todos en el plato y en el vaso. En el corazón del Campus Terra, Avelino Núñez Delgado —catedrático de Edafología y Química Agrícola en la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría y miembro del Grupo UXAFORES— lleva décadas preguntándose cómo preservar el suelo y el agua, las dos bases discretas de nuestra vida cotidiana.
Formando parte de un equipo que combina trayectoria y talento joven, Avelino Núñez participa en la coordinación de proyectos competitivos y colabora con instituciones y empresas para transformar evidencia científica en soluciones asumibles.
En esta entrevista ahonda en los llamados contaminantes emergentes —antibióticos de uso humano y veterinario, metales pesados o hidrocarburos, entre otros—, en los riesgos que suponen para suelos, aguas y cultivos en Galicia y en las estrategias de mitigación: desde bioadsorbentes de bajo coste (Biochar modificado, cenizas de fitomasa, concha de mejillón) hasta mezclas técnicas y fotocatálisis. Hablamos también de transferencia, patentes, y de la utilidad social de la ciencia frente a las métricas.
Mirando al futuro, dibuja una agenda que combina cartografías finas del suelo, economía circular y seguridad alimentaria, con el foco en la gestión agroforestal sostenible. Comparte, además, claves para el estudiantado y para las nuevas generaciones investigadoras: método, lectura crítica, paciencia editorial y ética científica.
Pasen y lean, vale mucho la pena…
-Desde su Cátedra en Edafología y Química Agrícola en el Campus Terra, ¿cuáles son hoy las grandes preguntas científicas que guían su línea de investigación?
-Yo colaboro en la investigación que realiza un equipo de la EPSE integrado también por otras dos profesoras (Esperanza Álvarez Rodríguez y María J. Fernández Sanjurjo) y por investigador@s jóvenes, tanto postdoctorales como predoctorales, que formamos parte de un grupo de mayor dimensión denominado UXAFORES.
A ese nivel de grupo reducido dentro de un grupo grande, las principales preguntas científicas que nos guían son las que estamos pudiendo investigar de facto por el hecho de contar con financiación específica de proyectos de investigación. En particular, el equipo está trabajando ya desde hace años en la evaluación de la presencia de contaminantes del medio ambiente catalogados como emergentes, que no son tan clásicos como otros respeto a la preocupación que se siente por ellos por parte de la sociedad.
Cabría destacar los antibióticos de uso humano y los de uso veterinario que llegan a suelos y aguas, entre otras sustancias. Podría considerarse que la pregunta que se quiere resolver va en la línea de conocer el grado de contaminación que realmente se está produciendo en suelos, vegetales y aguas de Galicia debido a una variedad de esos contaminantes emergentes.
Por otra parte, otra pregunta que pretendemos contribuir a contestar es qué medios (especialmente de bajo coste) se pueden emplear para luchar de manera efectiva contra esa polución cuando ya está presente en el medio, y con ese objetivo investigamos principalmente sobre la capacidad de retención que presentan distintos materiales (especialmente subprodutos y desechos de origen vegetal) para evitar potenciales efectos tóxicos de los contaminantes a distintos niveles.
En general, nuestras preguntas y preocupaciones fundamentales van enfocadas a conocer y luchar contra la degradación de suelos y aguas, y del medio ambiente en general. Somos conscientes de que en el mundo hay muchas cuestiones que merecen atención respecto a los seres humanos y a la totalidad de seres vivos y ecosistemas, y nosotros, con las lógicas limitaciones que nos afectan, lo que intentamos es contribuir en aspectos concretos que pretenden evitar el deterioro de la salud medioambiental e individual, y a ser posible, mejorarlos.
-Buena parte de su trabajo aborda contaminantes emergentes en suelos (antibióticos veterinarios, metales, hidrocarburos). ¿Qué hallazgos destacaría por su impacto y qué implicaciones tienen para la gestión agroforestal en Galicia?
-Es cierto que desde hace más de 15 años son esos los tipos de contaminantes de los que nos ocupamos en mayor medida, porque en su momento pensamos que valía la pena poner el foco en ellos. Al conseguir financiación en convocatorias competitivas para estudiarlos, realmente fue posible trabajar en ese campo, y sigue siendo posible de momento.
Algunos de los hallazgos que podría destacar tienen que ver con la detección de algunos antibióticos no solo en purines y en suelos y aguas, sino también en cultivos destinados al consumo de ganado y de humanos, lo que alerta sobre la necesidad de realizar un manejo fino y ajustado de esos fármacos, de los que además se considera que la resistencia a ellos será la responsable del mayor número de fallecimientos en la década de 2050.
Nuestros estudios también han constatado que algunos materiales sorbentes (descontaminantes) de muy bajo coste pueden retener de forma consistente algunos de esos contaminantes cuando llegan al medio ambiente, disminuyendo por lo tanto los riesgos para la salud asociados a esas sustancias.
Nuestro equipo también ha obtenido resultados similares en cuanto a la retención de metales pesados por medio de bioadsorbentes de bajo coste.
Para vertidos de hidrocarburos, las estrategias efectivas iban más en la línea de tratar los materiales contaminados por medio de mezclas técnicas con productos variados pero muy asumibles, tales como cenizas de combustión de fitomasa, cal y otros.
En conjunto, las implicaciones de nuestros estudios en las líneas comentadas para la gestión agroforestal en Galicia tendrían relación con los resultados de la detección de los contaminantes examinados en purines, lodos de depuradoras, suelos, aguas y vegetales, que alertan sobre la necesidad del manejo muy cuidadoso de productos fertilizantes aplicados a suelos agrícolas y forestales, así como a lo imprescindible que sería minimizar la llegada de residuos de antibióticos, metales pesados y cualquier otro contaminante de los considerados prioritarios a purines, aguas residuales y lodos, y del tratamiento correcto de todos ellos para descontaminarlos siempre que sea preciso.
Y, por otra parte, también se derivan de nuestros estudios las posibilidades de emplear materiales de muy bajo coste en el control de esa contaminación, sabiendo que también tendrán igualmente efectos positivos en la aportación de nutrientes y en la estabilidad estructural de los suelos tratados de esa manera.
En conjunto, nuestros resultados podrían facilitar la lucha contra la degradación de suelos y aguas en los medios agrario y forestal.
-Coordina y colidera proyectos como el PID2021-122920OB-C21 sobre antibióticos ionóforos (2022–2025). ¿Qué objetivos concretos persiguen y qué resultados preliminares pueden adelantarse?
-En la misma línea de proyectos anteriores en los que nuestro equipo trabajó con otros antibióticos y contaminantes de otros tipos, en este proyecto los objetivos principales consisten primeramente en determinar el grado de presencia de biocidas específicos en purines y diversos componentes del medio en Galicia (suelos agrícolas, cultivos, aguas), y posteriormente en determinar el potencial de retención de esos polucionantes por parte de distintos materiales.
De nuevo, se intenta sobre todo emplear subprodutos y materiales de bajo coste para lograr la retención de los contaminantes, ya que de esa manera será más fácil que se puedan asumir las repercusiones económicas de los tratamientos.
Puntualmente, también se testan materiales de más alta tecnología, y por lo tanto más costosos, esencialmente porque lo requieren algunos de nuestros colaboradores de otros países que tienen interés especial en esas alternativas.
Los resultados obtenidos indican que dentro de la amplia gama de materiales descontaminantes evaluados encontramos diversos que, sea de manera individual o bien combinados entre varios de ellos, permiten retener en proporciones elevadas uno o más de los contaminantes que examinamos.
En cada caso llega a determinarse qué dosis de materiales adsorbentes (descontaminantes), individuales o en combinación, son las más adecuadas para lograr efectos positivos en cuanto a descontaminación.
En paralelo, muchos de los descontaminantes que empleamos suministran materia orgánica y nutrientes de manera progresiva a los suelos, y pueden aportar una serie variada de beneficios, como por ejemplo corregir los valores de pH no acomodados de algunos suelos, favoreciendo así su respuesta nutricional y dificultando su degradación.
Algunos de los materiales evaluados están más encaminados a retener contaminantes en aguas, con lo cual el manejo práctico a escala mayor que la del laboratorio exigiría medios complementarios y no solo una aplicación superficial o mezcla simple, que sí podría llegar en el caso de los suelos.
-Usted ha publicado más de 400 trabajos y figura entre el 2% de investigadores más citados en clasificaciones internacionales. Más allá de las métricas... ¿Cómo evalúa usted la calidad y la utilidad social del conocimiento que producen?
-La mayor parte de esas publicaciones no son individuales, sino que se realizaron con equipos investigadores, esencialmente el equipo del que formo parte en Lugo, pero también otros grupos de Galicia, España e internacionales, por lo que los logros nunca son de uno, sino de todo el personal implicado en los trabajos experimentales y en la elaboración de los textos y el material que se difunde públicamente.
Respecto a la potencial utilidad social del conocimiento derivado de nuestros trabajos, en nuestra trayectoria se han ido logrando resultados que primeramente evaluaban riesgos de contaminación por purines aplicados en prados y más sobre alternativas para minimizar esa contaminación difusa.
Posteriormente, resultados sobre los niveles de contaminación de aguas residuales a nivel de pequeñas poblaciones, y propuestas de diseños complementarios para incrementar su eficacia depuradora. Posteriormente, el uso de procedimientos de mezclas técnicas para valorizar lodos de depuradora, cenizas de fitomasa, y otros desechos o subprodutos, incluido el compostaje en fases siguientes. Y, más tarde, los estudios que a lo largo de los años fueron evaluando distintos materiales para retener toda una variedad de contaminantes presentes en aguas, lodos, purines, y suelos, fundamentalmente.
Todas esas investigaciones y otras en las que participé con varios equipos proporcionaron resultados que tenían el potencial de ser empleados a nivel real en alguna medida.
Como es información publicada y disponible, espero que hayan sido de utilidad en la práctica, y en algún caso me consta que así fue. Pero, de todas las maneras, nuestra labor es intentar aportar conocimientos por medio de la investigación, unos con potencial de aplicación más rápido y directo, y otros más de base, que pueden precisar de investigaciones futuras.
Personalmente, he pensado que tanto el trabajo que hice y hago en la universidad, como cualquier otro que podía haber hecho, se integra o se integraría en la sociedad, dando un servicio en la medida de lo posible. Siendo niño, echaba una mano en la tienda de alimentos que tenían mis padres, y luego pensaba que podría hacer ese trabajo de adulto, atendiendo a la gente que venía a comprar.
Más adelante fui estudiando y finalicé haciendo lo que hago hoy, pero tanto un trabajo como otro podrían ser para mí la forma de participar en la sociedad, y ambas con el mismo valor.
-Su grupo ha explorado soluciones basadas en materiales (Biochar, cenizas, subproductos como la concha de mejillón) y también enfoques físico-químicos (fotocatálisis). ¿Qué tecnologías ve más maduras para transferir al sector agroforestal y al tratamiento de aguas y suelos?
-Nuestro equipo de Lugo ha trabajado muchos años con cenizas de fitomasa y con concha de mejillón, viendo mucho potencial de reciclaje y valorización (principalmente combinados esos materiales con otros en mezclas técnicas diseñadas para minimizar los problemas de algunos materiales individuales).
La utilidad principal de las mezclas se conseguía cuando se aplicaban en suelos que tenían necesidades que se cubrían con las combinaciones específicas que se habían diseñado, y entre los receptores podían estar diversos tipos de suelos degradados.
Por lo tanto, se ve que tienen potencial claro en el campo agroforestal y en la lucha contra la degradación edáfica.
Los trabajos sobre Biochar y fotocatálisis son más recientes, y mayormente con equipos internacionales, y también se puede decir que se les está viendo mucho futuro, especialmente en el caso de Biochar modificado para mejorar enormemente las características del de partida.
De la fotocatálisis se espera que tenga mucha utilidad en el tratamiento de ciertos contaminantes presentes en aguas residuales urbanas y en algunos efluentes industriales.
-Como miembro de UXAFORES, ¿qué le aporta el enfoque de «gestión ambiental y forestal sostenible» a la docencia y a la transferencia? ¿Puede citar proyectos o casos donde la colaboración con Administraciones o empresas haya sido clave?
-En la docencia, algunas materias de las que me ocupé hace años (de grado y de postgrado) permitían mostrar de forma clara y directa ciertos aspectos relacionados con la gestión ambiental y forestal sostenible. Actualmente, en las materias de grado en las que participo los contenidos no tienen que ver directamente con esos aspectos.
En docencia de máster, mi participación solo puede tocar de manera indirecta esas cuestiones. Pero los resultados que logra el equipo están a disposición del conjunto del grupo UXAFORES, y globalmente la sinergia es muy positiva tanto a nivel de investigación como de potencial utilización en la docencia de diferentes materias que imparte el profesorado.
Sobre la transferencia, el equipo ha registrado patentes, y varios integrantes participan en charlas, conferencias, sesiones divulgativas, entrevistas, etc., para intentar dar a conocer detalles de nuestros trabajos cuando se solicita. Acerca de la colaboración con empresas y Administraciones, en la trayectoria del equipo de Lugo hemos tenido y tenemos actualmente relaciones estrechas, que van desde prestación de servicios directos (como análisis y asesoramiento sobre suelos agrícolas) hasta desarrollo de proyectos de investigación, con colaboraciones e incluso participaciones directas de empresas y organizaciones no lucrativas.
En diferentes ocasiones hemos recibido el apoyo escrito de diversos entes de la Administración y de empresas cuando nos presentamos a convocatorias competitivas de proyectos de investigación. Y además, la inmensa mayoría de los proyectos de investigación en los que hemos participado fueron financiados por diferentes Administraciones Públicas.
-En el aula y el laboratorio: ¿Qué competencias intenta priorizar en su alumnado de la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría para que estén preparados ante retos como la contaminación difusa o la economía circular?
-Como ya comenté, actualmente participo en la docencia de materias en las que esos temas no se tratan directamente, por lo que solo puedo hacer algunos comentarios al respecto en puntos específicos que puedan tener alguna relación.
Sin embargo, hace años sí que trataba en detalle algunos de esos temas, incluso con ejemplos derivados de mis trabajos experimentales, cuando impartía contenidos de otras materias. Por ejemplo, se trataba el diseño de «filtros verdes», entendidos como franjas de suelos con vegetación principalmente herbácea que frenan la contaminación por aguas de escorrentía en zonas en pendiente, habitualmente ya cerca de cursos superficiales, y que constituyen una estrategia de lucha frente a contaminación difusa.
También se trataban esos temas en trabajos de proyectos de fin de grado, en materias de postgrado, y en algunos trabajos que formaban parte de tesis doctorales que codirigí.
-Ha ejercido como editor y revisor en editoriales y revistas de alto impacto (Springer-Nature, Elsevier...). Desde esa perspectiva, ¿qué consejos le daría a jóvenes investigador@s del Campus Terra para publicar con solidez y ética científica?
-Elaborar publicaciones es un proceso complejo que requiere ir cubriendo primeramente etapas de aprendizaje, empezando con la lectura de trabajos científicos sobre la temática en la que se va a trabajar en el laboratorio y en el campo, siguiendo con la adquisición de las destrezas correspondientes a esos trabajos experimentales en el laboratorio y en el campo, y después empezando a tratar los resultados empíricos obtenidos por medio de cálculos, tratamientos estadísticos y modelizaciones, cuando corresponda.
Leer muchos trabajos científicos sobre la temática permitirá que los investigadores en formación vayan aprendiendo lo que hicieron otros y que se consideró válido para publicar, y facilitará que puedan escribir introducciones para su propio trabajo, así como discutir los resultados propios comparados con otros previos de calidad, aprovechando todo lo positivo que otros hicieron antes, que puede ayudar a interpretar por ejemplo mecanismos que afectan a hechos detectados en los experimentos concretos de los investigadores que están dando sus primeros pasos en las fases de escribir publicaciones científicas.
Para todo el mundo hay aspectos a considerar siempre en el diseño de los experimentos, siguiendo el método científico, con suficientes réplicas y tamaños de muestras que permitan que las estadísticas puedan ser potencialmente significativas, y globalmente trabajando de manera que los resultados obtenidos sean lo más fiables posible en las condiciones y con los medios que el equipo tenga a su alcance.
Pero hay que tener presente que aunque se haya hecho todo el trabajo de laboratorio, de campo, de cálculos, modelizaciones, elaboración de tablas, gráficas, y escritura honesta y correcta de un trabajo de investigación, cualquiera se puede encontrar con que es rechazado sin tan siquiera ser trasladado a revisores externos de la revista a la que se envió, con argumentos como que no es suficientemente innovador, o que no tiene la calidad suficiente para esa revista de investigación concreta.
En esos casos, como en los casos en que los trabajos son rechazados con informes negativos detallados de varios revisores externos, no hay que desanimarse sino ver si alguno o todos los comentarios recibidos permite realmente mejorar nuestro trabajo, y probar después con otra revista. Son millones los trabajos que se envían cada año a las revistas científicas, y los investigadores (nuevos o no) tienen que tener paciencia también en estas etapas.
-Su trayectoria incluye patentes y colaboraciones internacionales en Europa, Asia y otros continentes. ¿Qué estrategias facilitaron esas sinergias y cómo pueden los grupos del Campus Terra ampliarlas?
-Nuestras patentes son en todo caso derivadas de trabajos en Galicia, aunque para una de ellas se hizo por parte de la USC el trámite para extender la protección a nivel de Europa. En el equipo del que formo parte en Lugo se realizan colaboraciones con investigadores de otros países, principalmente de Europa y de África.
Los motivos mayoritariamente tienen que ver con el hecho de que esos equipos extranjeros leyeron algunas de nuestras publicaciones y consideraron interesante enviar a investigadores nuevos a formarse con nosotros a nivel de doctorado.
Después de los contactos iniciales, en los casos en que fue posible se trasladaron a Lugo y estuvieron trabajando con nosotros un tiempo. En general, los resultados son satisfactorios para todas las partes implicadas.
Se han codirigido en nuestro grupo varias tesis doctorales con estudiantes que hoy en día ya son doctores en sus países, y las colaboraciones y publicaciones resultantes, incluso de trabajos que ponen en valor las sinergias paralelas de los equipos en los distintos países, siguen produciéndose.
Por otra parte, a nivel individual colaboro con varios equipos en los diferentes continentes, sea a nivel de investigación y publicaciones, sea a nivel de trabajo editorial para libros o números especiales de revista de investigación en los que esos investigadores participan como editores invitados.
También en estos casos los motivos de iniciar las colaboración tienen que ver con el hecho de que los investigadores extranjeros leyeron nuestros trabajos y decidieron contactar para proponer las colaboraciones. Lamentablemente, tanto a nivel de equipo de Lugo como individual llevamos un tiempo en que tenemos que rechazar la mayor parte de las nuevas propuestas, porque tanto la capacidad física de los laboratorios como las capacidades físicas y mentales de trabajo de las personas (en concreto las mías) son limitadas.
-Mirando al futuro: si tuviera que definir una agenda de investigación para los próximos 5–10 años en Edafología y Química Agrícola, ¿qué prioridades pondría sobre la mesa y qué oportunidades ve para Galicia y el noroeste ibérico?
-Para hablar de prioridades en la investigación en Edafología y Química Agrícola en los próximos 5-10 años creo que habría que empezar por considerar el trabajo sistemático de caracterización básica que se podría hacer para cubrir el territorio en cuestión, sea Galicia, España o cualquier otro país o área geográfica.
Es decir, en Galicia aún queda por ampliar la determinación de características de suelos que no fueron suficientemente estudiados hasta el momento, porque quedan áreas por caracterizar o porque se podrían estudiar en mucho más detalle, y esos resultados permitirían hacer diferentes tipos de cartografías pormenorizadas y completas de las propiedades que se analizaran.
El más gráfico y sintético podrían ser mapas en que distintas capas presentadas a modo de sistema de información geográfica mostraran a escalas suficientemente finas los detalles de interés en cada caso.
Las potenciales aplicaciones de tener ya logrado un conocimiento tan amplio y detallado van desde implicaciones a nivel de nutrición para los vegetales y salubridad medioambiental (considerando también micro y macrobiota) hasta valoración de riesgos actuales y futuros (también ante situaciones cambiantes que se puedan intentar modelizar) por contaminación o cualquier otra vía de degradación de los suelos y subsecuente afectación de aguas, vegetales (incluidos cultivos) y animales, dentro de lo que se podría incluir la posible pérdida de capacidad de almacenamiento de carbono, con tremendas repercusiones sobre el calentamiento global acelerado del planeta.
Pero ese trabajo relativamente básico (de caracterización sistemática de propiedades básicas en todo el territorio a una escala de detalle) puede ser no visto como innovador, con lo cual puede ser difícil conseguir financiación para realizarlo. En el extremo contrario, podrían considerarse investigaciones que a priori se pudieran catalogar como más innovadoras, y en esto ya cada investigador se puede poner a fantasear, como ya hice yo mismo en alguna publicación del año pasado.
Pero si hay que centrarse en prioridades que supongan oportunidades para Galicia y el Noroeste Ibérico, pienso que es de justicia recordar que lo primero es garantizar el sustento y las condiciones de vida de calidad para la población, por lo que no se puede desatender lo referente a la producción primaria de bienes (esencialmente alimentos), que tiene raíz fundamentalmente en suelos saludables.
La producción sostenible y respetuosa con el medio de alimentos tiene potencial para ser además no solo proveedora de las necesidades de consumo locales, sino de poder comerciar con productos de alto valor con otros países o zonas geográficas.
Preservar el suelo y el medio supone además la posibilidad de atraer a visitantes que valoren los paisajes naturales y aporten recursos económicos a las regiones receptoras de esas visitas. Así que, investigar para conocer el grado de afectación por contaminantes prioritarios de suelos y aguas (que pueden ser algunos de alta toxicidad, pero también se podría incluir otros que tanto pueden ser fertilizantes como estropear el medio con procesos como la eutrofización cuando se aplican en exceso y/o en condiciones no idóneas) seguirá siendo algo fundamental durante décadas, igual que todo lo relativo a evaluar el grado de degradación de suelos por vías químicas o físicas, y los efectos derivados que alcanzan las masas de agua.
De igual manera, poder ir proponiendo medidas para minimizar o controlar todos esos procesos de contaminación o degradación en general va a seguir siendo crucial por siempre jamás.
En resumen, los investigadores centrados en la ciencia del suelo y ciencias medioambientales podemos sentirnos muy motivados por realizar un proyecto concreto sobre un aspecto puntual, que puede ser muy innovador, pero a nivel global los grandes problemas que mencioné seguirán siendo los que necesiten los esfuerzos de las generaciones actuales y futuras, sabiendo que cada investigador o cada grupo tendrá que hacer lo que esté a su alcance, que será solo una pequeña parte dentro del contexto general.