Entre Ave y Eva: las mujeres de las Cantigas de Santa María. II. Las trabajadoras. III. Las Evas
La Iglesia, pesadamente presente en la sociedad medieval, contribuyó a consolidar la asignación patriarcal de los espacios: las mujeres en lo doméstico, los hombres en lo público. Las labores de la esposa y madre tenían que desarrollarse dentro del hogar, que se prolongaba más allá de la intimidad de la casa, por lo que debía atender la hacienda, los animales, las tierras, sin descuidar la educación de los hijos. Las Cantigas de Santa María, que recogen versiones de antiguas leyendas pero que también confeccionan otras contemporáneas a la compilación de la obra, ofrecen una visión panorámica de estas mujeres trabajadoras, pero también de aquellas otras que desarrollaban una actividad comercial en medios urbanos, como corresponde a una obra que retrata la sociedad que ha evolucionado a lo largo de una centuria. Así encontramos mujeres desempeñando los más variados oficios, participando de ese modo en distintos sectores productivos, principalmente el comercio, la hostelería y el sector textil; pero también encontramos mujeres que, empujadas por una situación de pobreza extrema, se ven abocadas a desempeñar el oficio más antiguo del mundo.